Les comparto un articulo extraído de el libro “Wayuu cultura del desierto colombiano.” Que lo disfruten.
La etnia wayuu es una de las pocas culturas , en todo el continente que se resistieron con éxito a la dominación europea. Descendientes de los indios Arawak de la Guyanas, los wayuu eran, en tiempos prehispánicos una tribu nómada de cazadores y recolectores, los cuales habitaban el la península colombiana de La Guajira, el territorio mas árido y seco de todo el caribe.
Los wayuu se dedican al pastoreo, la pesca artesanal en el Cabo de la Vela, sustento de muchas familias de la región, ha sido una tradición milenaria, no obstante debido a los valores de su sociedad, otorgan mayor prestigio a los que tienen grandes rebaños, la mayoría de las comunidades que pescan en forma artesanal, pescan apenas lo suficiente para su subsistencia, ya que en la mitología Wayuu se castiga a los cazadores y pescadores ambiciosos que toman mas de lo que necesitan.
La recolección del agua para la ranchería es responsabilidad de las mujeres. Siempre se escogen en la horas de la tarde, cuando el sol halla bajado. Llevan consigo burros, vasijas, y otros utensilios útiles. También pintan su cara para proteger la piel del sol.
Todas las actividades del Wayuu giran en torno al chinchorro (Especie de hamaca). Lo usan desde el nacimiento hasta la muerte. En el chinchorro se duerme, se descansa, se come, se procrea, y es además una muestra de prestigio.
En la cultura Wayuu se considera la magia del saber tejer como una virtud de paciencia, entrega y dedicación. Las mujeres dedican parte de su vida a tejer y elaboran chinchorros y mochilas, los diseños de los tejidos se mantienen a través de los años y están basados en abstracciones de lo cotidiano. Los diseños van desde animales, laberintos, figuras abstractas con llamativos colores y formas.
Los rostros de las mujeres guajiras, son una síntesis del espíritu de la raza. Los Wayuu que escogieron vivir en una península desértica, no conocen lo que es una derrota. Los españoles después de muchas campañas militares no pudieron someterlos. Son dignos, les sobran razones para serlo, es una sociedad vigorosa y dinámica que cambia para sobrevivir, espirituales y orgullosos de sus valores tradicionales.
Los paisajes y entornos son lugares fantásticos, paisajes de una tierra mágica en la que todo es posible y en la que prima el sentimiento sobre la razón. Una tierra habitada por una raza fuerte y sabia que como los arboles, dobla y retuerce su tronco, aferrada siempre a sus raíces mas profundas, segura de que así no será destruida por los nuevos vientos que azotan la región.
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